Ana García

En 2003 comienza una etapa de intenso disfrute en mi vida, en la cual comencé a impartir clases colectivas de diferentes modalidades. Después de algunos años de inmersión en el mundo del fitness, un regalo me fue entregado por la vida: una lesión de rodilla que dispuso todo para que yo abriera un espacio de reposo en el que llevar a cabo un cambio transformador en mi interior. En 2011 las terapias energéticas llaman a mi puerta y, abriéndoles los brazos de par en par, comienzo un viaje de autoconocimiento. Como colofón final, el yoga me esperaba pleno de riquezas y “recuerdos” que van emergiendo a la superficie, y que me permiten ser cada día más yo.
¡Es tanta la gracia por la cual se desarrolla todo!
El Yoga amplía mi visión interior y me muestra claramente como cada pieza de mi puzle particular encaja con total precisión, unificando todo. Es un gran privilegio estar en estos momentos aquí y ahora y poder compartir mi sentir actual e ir creciendo un poco más cada día.
El camino está bajo nuestros pies…
¡Disfrutemos pues de tan feliz travesía!
Con Amor, Ana.